Si, lo admito: He vagado por la vida, las calles, viendo en los postes frases escritas, preguntándome: ¿Qué clase de imbécil escribe semejantes ridiculeces como; las calles son un museo ó espérame en el viento?
No contenta con eso, he cedido a muchas tentaciones; como diría una buena cristiana: Tan sólo por el hecho de experimentar aquello novedoso que tiende a ser excitación de la curiosidad, cayendo así en las plumas de Oscar Wilde, Arthur Rimbaud, Jorge Luis Borges, Wirginia Woolf, entre otros escritores mucho más talentosos. Han sido estos quienes me han enseñado y en especial Wilde, que lo mejor de la vida es buscar el frenesí y el encanto de lo terrenal,ya que aquello que sencillamente se muestra convencional resulta tan aburrido tanto al intelecto como a los sentidos; quizás sea ella la razón por la cual cuando me forzaban a escuchar misa y para escabullirme de ello, optaba por pedirle a alguna alcahueta que me llamara en momento tan inoportuno y obedeciendo a mi deber, era menester salir de misa para atender dicha llamada de auxilio vociferada por una aparato tecnológico.
Entre llamadas de S.O.S, rezos y practica del judaísmo, terminé adorando al monstruo de pasta volador y comiendo pasta a la carbonara todos los viernes para rendir culto y mi Dios, sin olvidar, claro está, que el maestro Yoda fue su profesor y que Sócrates murió con cicuta por renegar a los dioses griegos. Claro, eso era lo que decían los el parlamento, vaya a saber que pensaba el mismo Zeus de ello.
Recuerdo que en algún lado de todos estos años, quizás este ultimo año, leí en algún momento la famosa frase; “Dios ha muerto”, tras haber visto esta frase, creo haber tomado una actitud un tanto parecida a la de Mafalda, sí, aquella posición inocente y a la misma vez consciente del nuevo hallazgo; así que mire el cielo, exclamando: Vaya!, con que por fin has muerto y ¿adonde te fuiste, al cielo o al infierno?
No contenta con eso, he cedido a muchas tentaciones; como diría una buena cristiana: Tan sólo por el hecho de experimentar aquello novedoso que tiende a ser excitación de la curiosidad, cayendo así en las plumas de Oscar Wilde, Arthur Rimbaud, Jorge Luis Borges, Wirginia Woolf, entre otros escritores mucho más talentosos. Han sido estos quienes me han enseñado y en especial Wilde, que lo mejor de la vida es buscar el frenesí y el encanto de lo terrenal,ya que aquello que sencillamente se muestra convencional resulta tan aburrido tanto al intelecto como a los sentidos; quizás sea ella la razón por la cual cuando me forzaban a escuchar misa y para escabullirme de ello, optaba por pedirle a alguna alcahueta que me llamara en momento tan inoportuno y obedeciendo a mi deber, era menester salir de misa para atender dicha llamada de auxilio vociferada por una aparato tecnológico.
Entre llamadas de S.O.S, rezos y practica del judaísmo, terminé adorando al monstruo de pasta volador y comiendo pasta a la carbonara todos los viernes para rendir culto y mi Dios, sin olvidar, claro está, que el maestro Yoda fue su profesor y que Sócrates murió con cicuta por renegar a los dioses griegos. Claro, eso era lo que decían los el parlamento, vaya a saber que pensaba el mismo Zeus de ello.
Recuerdo que en algún lado de todos estos años, quizás este ultimo año, leí en algún momento la famosa frase; “Dios ha muerto”, tras haber visto esta frase, creo haber tomado una actitud un tanto parecida a la de Mafalda, sí, aquella posición inocente y a la misma vez consciente del nuevo hallazgo; así que mire el cielo, exclamando: Vaya!, con que por fin has muerto y ¿adonde te fuiste, al cielo o al infierno?
Pd: Leélo al revés~